domingo, 10 de abril de 2011

Sin miedo a la Luna

 
  Saludos.

  Este relato es un poco diferente, bueno diferente para la mayoría, es una historia que dice la ardilla, haberle escuchado a una oruga en lo que tejía su pijama de transición, por simple estilo estético y libertad artística la ardilla la cuenta en primera persona:


   Un día que estaba en la tercer hoja, de arriba hacia abajo del rosal blanco, justamente donde la sombra de la hermosa rosa me cubría del sol, mientras charlaba o intentaba hilar una conversación con el cuervo dos palabras, casi adivinando el sentido en que quería llevar la platica llego un rayo de luna madrugador y una curiosa ave negra.

  El sol ya estaba en su trayecto descendente, aun así no eran horas para una luna que se dijera decente, estar visitando la tierra; cabe aclarar que esto fue en mi imprudente juventud, por lo que hice lo que hice; el ave negra no era ningún cuervo como mi viejo amigo, y  la curiosidad de su ser se leía en sus ojos.
  .- Sabían que en un rayo de luna tempranero puede uno visitarla?-
  .- ¿Perdón?- conteste sin entender realmente su comentario.
  .- Si, que en un rayo de luna tempranero, como éste, se puede ir a la luna. ¿Alguien quiere ir?
  .- ¿Por que habríamos de ir a la luna ahora?- dije al momento en que el cuervo dos palabras se excusaba ya que tenía un compromiso previo al que no podía fallar. Mientras el cuervo volaba en dirección contraria al rayo de luna.
  .- Anda, vamos, tu y yo, solo tenemos unos momentos mas de ventana, nos vamos y mañana en la mañana podremos regresar sin problemas.- dijo el ave negra con mayor ansia en los ojos.
  Por un momento creí que me invitaba mas como un aperitivo que como un compañero de viaje, pero algo en esos ojos negros me dijo que no era esa la razón.
  Sin pensarlo una vez más, salte a su lomo y volamos hacia la luna.

  Que maravillas nos esperaban allá, ninguno de los dos sabíamos o ninguno supo jamás, al momento que el ave alcanzo la altura necesaria el rayo se había disipado con el crepúsculo y fue imposible localizarlo.

  .- No, dijo desconcertada el ave, donde quedo, no puede ser.- “no puede ser” “no de nuevo” repetía mientras bajamos a tierra y me dejaba de nuevo en mi rosal.

  Una vez que se calmo lo suficiente para poder hablar, le pregunte:
  .- ¿No es la primera vez que lo intentas?-  
  .- No, contesto amargamente, no se por que no puede regresar allá.-

  Me contó, un día, después de haber volado prácticamente de polo a polo se encontró atrapado sin saber como, en un rayo de luna tempranero que lo llevo a la luna, relato un mundo inimaginable en algunas cosa y muy similar a este mismo en otras. Mientras me quedaba viéndolo sin saber que pensar pero sin dudar de sus palabras, justo antes que el remontara el vuelo nocturno, le pregunte; por que yo.
  .- Desde que volví he contado mi historia, nadie me ha creído, no solo estoy en busca de regresar a la luna de nuevo, si no también de alguien con quien compartir el viaje, alguien que me crea y este dispuesto a maravillarse sin temor a, a la luna


   El relato de la ardilla suele variar de aquí en adelante, según el auditorio que tenga, según ella misma dice, hay a quien le gusta pensar que al día siguiente lo intentaron de nuevo y lo consiguieron, otras personas les gusta la idea de pensar en un ave negra volando todas las noches de luna en busca del camino de regreso, hay quien incluso dice, haber visto al ave volar cuando la luna es lo suficiente brillante.

  Es por esto que la gerencia decidió dejar aquí el relato, al menos, por esta ocasión.

  Gracias por apoyar, nos seguimos leyendo.
  Saludos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario