domingo, 2 de octubre de 2011

Carta enviada a las oficinas de la Gerencia General:




  Saludos.

  Ahora si puedo decir sin miedo a equivocarme y sin intención de ser alarmista, que no tuve ganas de escribir nada esta semana.
  No fue falta de inspiración, por que jefe, sabe que no creo en eso, soy un columnista responsable y mi profesionalismo va mas allá de eso que llaman inspiración.
  Tengo un par de escritos antiguos atemporales que bien podrían entrar en la columna de esta semana sin que nadie se diera cuenta, nada tienen que ver con lo que esta pasando actualmente en el mundo, no hablan ni de política, ni religión ni siquiera del aniversario de la tragedia que todos recuerdan hoy y olvidan mañana, son meras reflexiones sobre la vida con un toque de positivismos, ironía y todos los elementos que tanto le desagradan a usted pero que son los mismo por los que me contrato.

  Pero quiero ser sincero, no quise escribir nada esta semana, y no solo eso, alguna parte revolucionaria de mi quiere que todo aquel que cíclica o eventualmente me lee, lo sepa.
  No quise escribir y no lo hice.
  Además me niego a colgar cualquier escrito que tengo guardado para estos casos y que en otras ocasiones he mandado a la mesa de edición con el encabezado de “Miscelánea” o “guerra de temas” o algo así que no dicen nada al respecto del escrito pero a nadie le importa por que cumple con el largo necesario, con los caracteres justos para que el enmaquetador haga su magia y hasta un pequeño anuncio de shampoo se vea bien junto a mi mediocridad.

  No señor editor en jefe, esta vez no.
  Esta semana simplemente, no tuve ganas de escribir, no quise tomar vacaciones, no avise a mis lectores ( a los dos ) de que no habría nada esta semana, simplemente no tuve ganas de escribir. Y si estoy siendo demasiado repetitivo no es por falta de vocabulario, de gramática ilustrativa, retorica o fabula explicacional, es solo que quiero quede claro, que no haya ni el mínimo lugar para una mal interpretación y este texto sea enviado a imprenta como una retorica contradictoria de si misma, como ejemplo de la dualidad que existe en la vida y universo, no estoy representando un pasaje de filosofía o de psicología inversa donde encuentro el tema de mi columna en el documento que realizo para alejarme de ella.
  Mi columna la tengo lista, tengo tres notas listas, una sobre la tragedia ya mencionada, otra de política internacional con un análisis “uniendo los puntos” y entremezclando las historias de cada país mencionado en una bofetada a los globalifóbicos y nacionalistas  diciendo, el mundo ya es uno, no es posible decir yo soy de una o tal región. Ahora somos ciudadanos del mundo, estamos compenetrados, aun no unidos pero si juntos en un mundo donde lo que hace uno afecta al otro sin importar si ese otra esta a un lado nuestro o del otro lado del mundo, ya no es posible ignorar esto…
  El tercer artículo no tiene definición, es una sátira de todo y nada precisamente como aquellos que usted odia…

  Así que, no es carta de renuncia, no estoy de vacaciones, no quiero vacaciones, no las necesito gracias. No es escusa, no es nada.
Simplemente no quise escribir esta semana…
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  Espero hayan disfrutado de esta carta tanto como lo hicimos nosotros al leerla, fue una sorpresa y un gusto recibirla es por esto mismo que cancelamos el escrito previamente seleccionado y decidimos subir esta carta… simplemente por que esta semana no quisimos escribir y decidimos, era la decisión correcta.

  Como siempre, gracias por su apoyo, nos seguiremos leyendo la próxima semana, cuando tengamos ganas de escribir.

  Saludos.

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